Nuestro Santuario

Conoce su Historia

LA ANTIGUA ERMITA

Sostiene la tradición que la construcción de la ermita, hacia mediados del siglo XIII, fue debida al milagro de una judía llamada Esther, injustamente acusada de adulterio, y arrojada por los suyos al río Eresma, desde las Peñas Grajeras. La inocente se encomendó a la «Virgen de los cristianos», que entonces se veneraba en la portada de la antigua catedral románica, junto al Alcázar, y la Virgen por su intercesión consiguió que descendiera sana y salva. La repercusión de este suceso en la época fue enorme, al extremo de que Alfonso el Sabio incluyó este milagro en sus Cantigas, como número 107. En la Catedral existe un códice en vitela, del dominico Rodrigo de Cerrato, con una interesante relación del suceso. Conocida después de conversa por María del Salto.

CONSTRUCCION DEL SANTUARIO.-

Las obras del Santuario comenzaron en octubre de 1598, cuando Andrés Pacheco, Obispo de la Diócesis, puso la primera piedra, duraron 15 años, y así en septiembre de 1613 se inauguró el Santuario.

El maestro de obras fue Francisco de Mora y el arquitecto Pedro de Brizuela.

Trasladándose la imagen en esa fecha a su actual ubicación.

EL TEMPLO:         

            Consta de un Presbiterio rectangular y un Cuerpo Principal también rectangular, con dos accesos, antes tres. Al exterior ofrece a la vista la desnuda sobriedad tan al gusto de la época, accediéndose por una puerta renacentista. El interior es una planta de cruz griega, sencilla y bien proporcionada.

Cuerpo Principal:

  • Una gran cúpula con las pinturas de los 4 profetas mayores: Isaías, Jeremías, Ezequiel y Daniel, con cuatro llamativos arcos de medio punto.
  • Abajo dos pilas de jaspe blanco y rojas realizadas en 1630 por Fray Esteban de Trujillo, monje jerónimo de El Parral.
  • Dos altares pequeños de madera, uno con San José y otro con San Antonio.
  • Una impresionante verja cierra el presbiterio, obra de Gregorio de Aguirre en 1764, que sustituyó a la primitiva de madera, sobre un basamento de piedra berroqueña, mandada dorar por el gremio de cardar y aparta lana.
  • El púlpito, de hierro forjado en su totalidad, donado por Juan de Monreal en 1613, con una inscripción que reza Ave María, gratia plena, Dominus tecúm…, poseía un tornavoz de madera dorada y una escalera de piedra con barandilla.
  • En la entrada se alza el coro, donde se encuentra el órgano.

Presbiterio:

  • El retablo es del siglo XVII de madera dorada, fue pintado por Pedro de Pradeña y consta de tres cuerpos:

 

  • El primero se eleva sobre un zócalo de un metro y está integrado de cuatro pilastras. La parte central contiene un gracioso tabernáculo en que se expone al santísimo sacramento, también de buena talla, que remata en una linterna. Entre las pilastras destacan dos hermosos lienzos, que representan a San José con el niño en los brazos, el de la derecha, y a San Joaquín con la niña María, el de la izquierda.

 

  • El segundo cuerpo está formado por cuatro columnas estriadas en bases y capiteles. Su parte central, lo ocupa la Virgen de la Fuencisla, colocada sobre una gran peana de plata, sobre base de madera sostenida por cuatro ángeles de madera. adornado de frondas barrocas, y sobre ellas figuras de ángeles sostienen el anagrama coronado de María en un tarjetón.

 

  • Finalmente, el tercer cuerpo del retablo se eleva sobre la cornisa del segundo, con cuatro basas. Sobre las centrales se levantan dos pilastras. Embellecen esta parte superior del retablo dos estatuas de madera, que representan la esperanza y la caridad. El centro del cuerpo superior remata en la bóveda, que de este modo concluye en arco sobre el trono de la Virgen. En él se emplaza un lienzo (copia), el original se encuentra en la sacristía) que representa la Asunción de Nuestra Señora, de José de Ribera, «El Españoleto», de mediados del siglo XVII y considerada por los expertos una de las pinturas más importantes del artista sevillano. Fue donado por el caballero segoviano D. Diego del Espinar y Pantoja.

 

 

La Sacristía:

  • Su construcción supuso la condena de la puerta de que disponía el santuario. Es una interesante obra del barroco segoviano, de estilo churrigueresco, con bóveda de cañón cubierta de yeso blanco y numerosos adornos dorados, con numerosos angeles de madera maciza. Se construyó cien años después, en 1709 y es obra de Fray Pedro de la Visitación, carmelita descalzo.
  • Con lienzos anónimos, incrustados en casetones, que representan el ciclo de la vida de la Virgen y del Niño. La Concepción, la Presentación, la Anunciación, los Desposorios, la Visitación, la Presentación en el Templo de Jesús, la Asunción y la Coronación.
  • La lámpara de cinco brazos es de cristal de la granja